sábado, 8 de noviembre de 2008

LA NOCHE AMERICANA

De acuerdo, la noche tuvo su interés en estos casos, y hasta podría referir una crónica al respecto, anotando las sensaciones que viví mientras se decidían unos resultados que más o menos se conocían. De sobras sabemos de la tradición en encuestas de ese estado que las originó, pero por muy fiables por desarrollados los entes que las fomentan, hay un margen de error.
El efecto Bradley planeaba como un fantasma ensordecedor, reminiscencia de la tradición blanca. Voy insinuando que no haré esa crónica sobre los momentos más álgidos de una noche anunciada. Prefiero recoger las reacciones de la prensa española a la mañana siguiente del supermartes americano, que dan a comentar bastante acerca del tipo de información o desinformación que se está utilizando, y en pos de qué.
Pues, en pos de qué dirían ustedes que va el siguiente leed de El País, en su edición del 5 de noviembe: "Barack Obama se convirtió anoche en el primer presidente negro de los Estados Unidos". El País es prensa analítica. Suele serlo. Pero aquí se ha quedado en la superfície de una cuestión relevante. ¿Es, por su aspecto, negro? Incluso esto es discutible. Pero realmente lo del rollo de su abuela, tristemente fallecida recientemente, africana no es suficiente para decir que alguien es negro. Eso, si entendemos la semiótica de esta cuestión. Negro en EEUU es sinónimo de descendiente de esclavos. Se ha buscado el voto de este colectivo asociando a Obama con ellos, vendiendo un relato determinado. Obama ya no será el cow boy que en sus mejores tiempos fue Sheriff Bush. Ahora tenemos a un Robin Hood que repertirá la riqueza entre los pobrecitos desfavorecidos. Ya en campaña habló de distribuir la renta, como buen demócrata. Pero como buen político, ni es negro, ni la pobreza se abolirá en los Estados Unidos.
Si seguimos leyendo esta noticia en portada de El País, nos detallan que procede de padre negro, y que su verdadero nombre es Barack Hussein Obama. Pero claro, lo de Hussein en Estados Unidos no vende, que era el apellido del enemigo común que creó Bush.
Después El País es muy hábil, y, pasado el leed entra en profundidad, advirtiendo del "sprint final" de McCain para movilizar al electorado de Florida en contra de Obama, acusándolo de connivencia con el comandante Castro. Para algunos la noche fue agitada. Y es que allí no pierden el tiempo; ni tienen día de reflexión ni desaprovechan ni siquiera el momento mismo de la elección.
Finalmente, aparte de analizar la afluencia de votantes, El País se entretiene en contar como Obama iba apoderándose de estados como Virginia y Florida; en el mero recuento electoral. Y recurre al tópico del sueño amerciano, que ya es lo último. Ni Obama ha despertado hoy de un sueño americano, pues declaró que "el viaje se acaba", al ganar; y seguro que ha sido una larga y ardua carrera. Ni ahora la mayoría de estadounidenses piensan en triunfar, sino que lo que les quita el sueño americano a los americanos, valga la redundancia, tampoco es si Obama ganó Ohio, es si podrán llegar a fin de mes, si Wall Street se recuperará y demás.
Creo, en definitiva, que la información electoral ya la recogieron debida y puntualmente las televisiones nacionales durante la noche del escrutinio, la noche en la que el mundo, a través de sus medios, enfocaba a Norteamérica, y deseaba f¡lmar la sonrisa de Obama al despertar del sueño americano.

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