jueves, 25 de diciembre de 2008

CHANGE.GOV VS CHANGE.ORG

En este caso el versus no hace referencia a la presidencia de los Estados Unidos, por lo que seré menos cauto y diré ya de buenas a primeras que el vencedor es, siempre según mi opinión, change.org. A primera vista, esto es, en la primera rápida ojeada que eché a estas páginas, ya me atrajo más change.org. Y es que sis se juzga una web hablamos del contenido, empero también de la estética de la misma. Así, me ha parecido desordenada o menos atractiva para seguirla visualmente change.gov. Pero es que, además, el contenido de change.com también me ha resultado muchísimo más interesante. Para revestir esta argumentación a continuación citaré algunos ejemplos que me han llevado a vertir esta opinión.
En change.gov hay una cuidada agenda de actos presidenciales, y un dietario de lo que se ha hecho cada día en la presidencia, pero los artículos los encuentro bastante telegráficos, y no me aportan lo mismo que los de change.org. Estos útlimos versan sobre temas que considero que interesarán más a la ciudadanía por una razón: Obama siginificaba más que Obama. Es decir, que Obama quería decir en la campaña electoral "cambio", o la esperanza de que se comiencen a resolver temas como la violencia de género, el caos mediambiental o la hipocresía de la "democracia" china. Justamente change.org recoge estos temas y similares en sus artículos. En cambio, pues, change.gov se centra demasiado en la figura de Obama sin ese relieve que le acompañaba hasta ahora, que ya es presidente electo. Una frase de change.org pienso que resume su espíritu, este que ensalzo, que es "Qué queremos hacer para cambiar el mundo". Ya que, justamente, queremos erradicar los problemas que provocan las situaciones en China, en el machismo, etc.
Aparte de los temas relativos a los sin techo o dedicados a la immigración, se lleva mi aprobación change.org por ese diseño más fotográfico. Las imágenes armonizan la página y hacen que se pueda navegar más cómodamente entre sus post. En el otro caso, tan sólo el azul de los titulares de las entradas dan color a la página, y sustituyen al negro del texto, que es, como digo, mayoritario.
Para terminar, no puedo dejar de aplaudir la idea de change.org de que la gente dé sus propuestas acerca de lo que decía de querer cambiar el mundo. Es más útil, aunque seguramente serán cuestiones desoídas por las autoridades competentes, pero es más lícito que los post de change.gov en que la gente participa también, pero contando a menudo su vida.
En conclusión, está claro cual es la página de Obama. ¿No?

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